viernes, 7 de marzo de 2014

Concepto amplio y restringido de la cultura


La Cultura, evidentemente, está determinada por la presencia del hombre en la naturaleza. Se ha dicho que en ella, es decir, en la naturaleza, antes del hombre y sin el hombre, no ha habido ni hay cultura y que ésta es un fenómeno multifacético producto de la actividad humana.
Pero el hombre, corno la naturaleza misma, es otra naturaleza, es un ser biológico susceptible de transfor­mación. De lo cual se concluye que la transformación de la naturaleza por la actividad del hombre y la transformación del hombre por su misma actividad creadora, a través del proceso experiencial y lucrativo, constituye la cultura.
La naturaleza se genera por un proceso de leyes objetivas. La cultura, por un proceso artificialmente creativo del hombre. Aquí estriba la diferencia, pero no se puede separar la una del otro. Ambos conforman una unidad en la que la naturaleza constituye el substrato sobre el cual se levanta el ser cultural y el ser social.
Del vocablo “Cultura” habla por primera vez el filósofo Oswald Spengler, tras la mengua y deterioro de su patria Alemania por efectos de la Primera Guerra Mundial. Entonces publicó "La decadencia de Occidente", bosquejo de una mor­fología de la Historia Universal en la que ­afirma que las culturas pasan por un ciclo que va de la juventud hasta la vejez y la muerte y predice al ver a Europa maltratada y destruida en sus estructuras económicas, la desa­parición de la civilización occidental hacia el año 2.400.  A partir de allí se pasó a hablar de cultura con una concepción distinta, en vez de Civili­zación que era el término utilizado universalmente. Se hablaba de civilización egip­cia, civilización griega, civilización europea. El término civilización venía del latín Cive que significa habitante de la ciudad. Era civilizado o culto quién vivía en la ciudad y estaba compenetrado de su es­píritu.
El escritor Arturo Uslar Pietri al hablar ya no del vocablo sino del concepto, explica que cultura viene del concepto inmemorial de labrar la tierra. Se labra la tierra para ponerla a producir más y mejor. De la misma manera se creía que se puede labrar la mente, el espíritu y el cuerpo del hombre para  hacerlo más productivo a la sociedad. La diferencia entre el barbecho y la tierra cultivada seria la cultura. Este concepto pedagógico de los pensadores alemanes vino a sustituir con el tiempo el término civilización y ya después no se habló más de civilizaciones sino de culturas.
Existe pues un concepto amplio y otro restringido de la cultura. En sentido restringido se entiende por cultura la creación espiritual así como sus resultados y divulgación. Y en sentido amplio, todos los resultados de la actividad espiritual y material del hombre. Tanto lo material como lo espiritual conforman una unidad puesto que la idea, para adquirir significación, debe materializarse en la acción, en el lenguaje, en el objeto. Esta comprobación desautoriza  la intención de circunscribir el contenido de la cultura de los fenómenos pertenecientes al terreno espiritual.
De lo anterior se desprende que la cultural es un concepto sintético que se formula para expresar todos los adelantos materiales, sociales y espirituales de la actividad humana, algo así como la superación del origen irracional del hombre. Ella revela sus niveles de humanización, sus modos específicamente humanos de pensar, proceder y actuar en sociedad. La cultura en consecuen­cia  es pensamiento y obra.  Es trabajo. Es el ser y el acontecer del ser.  Es el contenido de la Historia.



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