Está llena la tarde
de eternas disonancias
un olor a ciruela me
atraviesa
hay tristeza y devoción
en esta estancia
tengo
el corazón sufrido de miserias
me
rindo temprano para no agotarme
el amanecer tonifica mis
nervios
una nube sin embargo pasa
y retorna la tristeza
todo vuelve como un
reencuentro
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