El Aponwao es una fiesta de
lluvia
Un grito desde lejos muy eterno
Que se pierde y que desvela
Lo vimos de cerca
Tenía las pestañas muy altas
Su mirada reconfortaba en el
espacio
Sus mejillas sonrosaban de tanto
rubor
Como rota cazuela de jaspe
Cuyos tiestos llegan temprano a
mi corazón
Aponwao, te vimos llorar lágrimas de pájaro
En una noche sin medida
Sin águilas arpías
Sin espías
El árbol del paisaje estaba
quieto
Con sus frondas y hechizos
Aguardando al brujo de la tarde
Sin amuletos y a porfía
Aponwao en la diatriba
Aponwao sin mediodía
Tú eres grandioso
Eterno como el evo
Como el misterio
Como las aguas impías que bajan
inmune de la montaña
Y remontan el corazón del
mediodía.
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