sábado, 10 de mayo de 2014

EL AVE SOLITARIA




En Le Bourget la gente se ha vuelto loca? Exclaman, gritan en medio de una excitación contagiosa.
-Ha caído el Ave Solitaria!!!
-I did it -Se ha oído decir al caer.
Toda la oscuridad y la niebla, cedía bajo las luces y las lágrimas.
-Dónde está mi madre? -Preguntó confuso, pero luego recordó que ella  había quedado más allá  del Atlántico.
Centenares de automóviles sonando sus bocinas le seguían en larga caravana. Alguien en el trayecto le dijo: "Esto es para usted" y el muchacho rubio y delgado se metió 200 mensajes en el bolsillo venidos desde el otro lado del mundo. Pensó otra vez en su madre y en el despuntar del día en el Roosevelt Field, en la cabina estrecha de su máquina volante, los cuatro sandwiches, el chocolate caliente y la botella de agua.
Fue un viaje largo, pero mucho más rápido que el de cualquier colonizador de la época colombina. Aquellos cubrían el trayecto en grandes barcas bien tripuladas y tardaban hasta dos meses para llegar a Nueva York. El en cambio, no tuvo que mojarse los pies sino elevarse como un pájaro y respirar el escaso oxígeno a dos mil pies. Acortar en 33 horas y media la distancia entre Paris y Nueva York. Algo así como 3.600 millas. Eso ocurrió el 20 de mayo de 1927 pilotando un avión monomotor de nueve cilindros y 220 caballos de fuerza por el cual desembolsó 580 dólares, algo para entonces aparentemente imposible aunque 42 años después Armstrong y Aldrin llegaron a la Luna.
Después de la apoteosis de Paris, su gloria de Aguilucho Solitario se trastocó en pesadumbre. Cada vez que veía a un niño se volvía triste. Era como si no hubiera volado nunca y sintiera muerto el porvenir.
Carlos Augusto Lindbergh murió en Hawai en Hama junto al Océano Pacífico. Antes de que él diera el salto inmortal lo adelantaron inútilmente  y a costa de sus vidas Manageser, Coli,  Davis y Stantow. Fonch también lo intentó y fracasó aunque no pereció en la "aventura loca". Pero alguien pretendió robarle el sabor de la gloria y lo logró secuestrando y dando muerte a  Boby Lindy, de 20 meses., su hijo, Un carpintero alemán, Bruno Richard Hanptornan, fue llevado al patíbulo por el atroz delito y hasta ahora no se sabe si era culpable o inocente. En aquel instante de la pena patibularia el "Aguilucho Solitario" habría podido recordar cuando sobre la pista de Roosvelt Field, encomendado al "Espíritu de San Luis" exclamó: "El condenado a muerte les dice hasta la vista".

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