Marat
era
jacobino
como
Robespierre
Marat amaba
al pueblo
y el
pueblo lo adoraba
Marat era
un agitador
periodista de pluma en ristre
escribía siempre metido hasta el cuello
en una bañera de agua sulfurada
Era que a Marat
se lo comían los
hongos de una cloaca
donde
estuvo metido
cuando el absolutismo lo perseguía
Marat
combatía sin cesar
a la
clase dominante
opresora
de su pueblo
Perseguido, preso, absuelto
nunca
pudieron vencerlo
ni siquiera
los hongos
que devoraban
su piel
Solo aquel cuchillo traicionero
de
Carlota Corday
Pero es que Marat ha muerto?
No! Marat vive!
Vive Marat en cada acción
y en cada gesto rebelde del pueblo.
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