Cuando el Indio Figueredo muera, yo contaré la historia. Diré que el Indio era hijo de Pancho López, el bandolinista que
aprendió del Diablo La Chipola que tanto
bailan en el Llano. Allá bien que lo recuerdan. Dicen que fue una noche
de parranda en la que todo de repente quedó en tinieblas. A, Florentino, de tanto cantar se le apagaba la voz mientras
que la de su contendor se mantenía viva, satírica y sonora. Entonces, Florentino se preguntó si acaso aquel señor de liqui-liqui blanco no
sería el mismito Demonio, por lo que sin pensarlo mucho se mandó a medir
con “La Magnífica” desapareciendo aquel intruso en medio de la
oscuridad.
Qué edad tenía entonces El Indio Figueredo? Unos doce o
catorce años. Jineteaba un buen zaino y sabía enfrentársele al
toro. Los llaneros lo buscaban y hacían de su amistad un tesoro pues el
Indio Figueredo no sólo era arrojado sino un Mago del arpa. Tenía vena de compositor el condenado! Creador como ningún otro al instante del jolgorio.
Si estaba en La Periquera, Periquera llamaba
la creación de un joropo, pasaje o zumba que zumba. Lo igual si en Cunaviche
donde abunda el cunavichero o en la Achaguas de su adorada María Laya o en algún otro
lugar de Apure donde el gaván nunca falla. De allí que también Gaván se llame aquel joropo
llanero que en Venezuela se baila. Cuentan que fue porque una vez la fiesta de
una amigo, dos vacas muy sogueadas para la gran parrillada, intuyeron su
destino y reventando la soga se esfumaron por el llano.
Pues bien, viendo el Índio
aquel percance, buscó hacia la Laguna con dos peones a su mando. Un silbido
largo y lánguido reventó sobre el estero perturbando el agua mansa y
sobre su remanso en busca de peces aquella interminable bandada de gabanes que
al intentar levantar vuelo cayeron fulminados con perdigones livianos. Así, en vez de
carne de vaca, los bailadores llaneros tuvieron gabán asado y guisado y
una música frenética como aderezo de vianda que hacía vibrar las parejas
desde la punta del pie hasta la tapa del cráneo. Gaván es desde entonces aquel
joropo del Indio Figueredo que en todo el
llano se baila.
Américo Fernández /Ciudad Bolívar
15 de agosto de 1980
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